Toda Mujer debe de estar dispuesta a vivir su vida ferozmente.
Con Pasión, con Garra, con Entrega, con Determinación en su Presencia.
Toda Mujer necesita estar dispuesta a arder al Rojo Vivo con las cuestiones propias de la Vida,
de lo Cotidiano, de lo que nos atañe.
Hay que recuperar la Vocación por la Vida.
Todas las Grandes de la Historia han vivido
al Rojo Vivo sus Vidas.
Mira a Frida Kahlo, a Audre Lorde, Juana de Arco, Indira Ghandi… por citar algunas.
Mira a Maria Teresa de Calcuta con atención porque ella era la viva Pasión Encarnada en cada acción que ofrecía al mundo como si se tratara de la más Sagrada Oración.
Lo que las hace tan atrayentes es el arduo Fuego que hay en su interior.
Un fuego que aún a día de hoy hace estremecer.
Un Fuego que incluso aún perdura.
No podemos relegar la Pasión solo a los momentos de intimidad sexual con un Hombre.
Eso es lo que nos ha contado Walt Disney, las películas, las series…
Pero he de decirte que no es así.
Porque cuanto más limitas tu Ardiente Pasión a un solo contexto determinado,
ésta más se osidifica.
La Mujer necesita sentir que todo su cuerpo encarna un Cántico a la Vida.
Un canto que merece ser cantado a su manera.
Redonda, Cambiante, Ondulante, Sagrada…
y Llena de Vida.
La Mujer es el más puro manifiesto a la Vida que se haya escrito jamás
y su Cuerpo es la Viva expresión de ello.
Con garra,
