Tengo un sueño y es que algún día en las escuelas ordinarias haya una Educación sobre los Procesos Vitales de las Mujeres.

Espero que algún día nuestras niñas crezcan con el poder propio de ser conocedoras de su Cuerpo, de sus Ciclos y de su Sexualidad.

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¿Por qué no se enseña a las niñas a que aprendan manejar su fertilidad para cuando sean Mujeres?

¿Por qué ni siquiera las Mujeres somos conocedoras de nuestro propio cuerpo?.

¿Por qué no hablar de los aspectos vitales de Ser Mujer en un entorno escolar?.

¿Por qué y por qué y por qué…?.

Yo y mi compañero hemos tenido que invertir tiempo, dinero y energía en comprender cómo funciona nuestra fertilidad. Lo hicimos como método anticonceptivo desechando las opciones que habíamos usado hasta el momento en nuestras respectivas vidas.

En mi caso, a mis 28 años, empecé a comprender cómo funciona mi cuerpo por dentro. Y  a través de este conocimiento, el Hombre que me acompaña ha podido descubrir la inmensidad de lo femenino a sus 40 años. Y agradecidos estamos por ello!

 Así por ejemplo descubrimos con increíble asombro:

  • Que no soy fértil todo el mes.
  • Que, en realidad, mi óvulo solo es fértil 24h.
  • Que la fertilidad entre una Mujer y un Hombre es sólo de una semana.
  •  Que el esperma del hombre puede permanecer hasta 5 días en mi interior.
  • Que es posible quedarte embarazada mientras menstrúas porque la sangre también guarda el esperma y además tu ovulación se puede adelantar.
  • Y tantas cosas más…

Las Mujeres pueden aprender a manejar su fertilidad a través de la observación del propio cuerpo. La temperatura basal, el moco cervical y la posición de nuestro cérvix nos ofrece una valiosa información sobre nosotras mismas.

Claro que eso implica mirar dentro nuestro, tocar nuestros genitales e incluso indagar dentro de nuestra vagina. Y eso, según el pensamiento judeocristiano, es inaceptable. Esta negación hacia nosotras mismas está en el Inconsciente Colectivo que nos acecha a todos.

Para mí lo inaceptable es que las Mujeres no nos conozcamos por dentro y deleguemos nuestro poder en otros. Por eso considero que es responsabilidad nuestra cambiar esta situación.

Hay que hacer un arduo trabajo con una misma para no escandalizarse al observar otra vulva, con naturalidad y con respecto. Hay que traspasar muchas barreras para coger un espejito y mirar nuestra vulva con detenimiento: sus labios, sus pliegues, sus colores, sus texturas, su clítoris, su entrada hacia la vagina (la Cueva Sagrada repleta de misterios gozosos).

Sueño con ese día en que desde las escuelas se ofrezca una Educación por y para la Vida. En que nuestras niñas crezcan con ese Poder que te da el conocerte por dentro y por fuera.

Y sobretodo, que al llegar a casa puedan compartir esta sabiduría con las Mujeres de su Vida (madres, abuelas, tías, vecinas…), que ya estarán concienciadas de ellas mismas.

La Familia y la Escuela siempre tienen que ir a una.

Espero que algún día desde «La Escuela de Mujeres» pueda poner mis conocimientos pedagógicos y femeninos al servicio de una Educación que ayude a las niñas a crecer en la Sabiduría que les es propia por el simple hecho de nacer Mujer. 

Sigamos cambiando la realidad cada una desde su cotidiano, ofreciendo sus dones como Mujer.

Con asombro ante la Vida,

Myriam