“El importante trabajo que tenemos por delante todas las Mujeres es el de aprender a distinguir, entre todo lo que nos rodea y lo que llevamos dentro, qué tiene que vivir y qué tiene que morir. Nuestra misión es captar el momento más oportuno para ambas cosas; para dejar que muera lo que tiene que morir y que viva lo que tiene que vivir”.
Clarissa Pinkola Estés “Mujeres que corren con los lobos”
Cuando me entrego a la Respiración Ovárica amanece dentro de mí una Sabiduría muy Lejana. Emerge La Vieja que vive al lado de las Semillas Femeninas.
Es ella la que me guía y la que me indica qué es lo que tiene que morir dentro de mí.
Entonces inhalo profundo y en la exhalación permito que a través de ella salga todo aquello que ya no quiero dentro de mí. Todo lo que me ocupa lugar, me desvitaliza y me roba energía.
Este es el momento de soltar, de permitirte vaciar, de rendirse a lo que haya que soltar, de desapegarse…y entregarse a la Vida con Plenitud.
La Luna Menguante me lleva a desprenderme de todo aquello que me pesa en mi vida. Es el momento idóneo para ello.
A menudo me sorprende de la de cosas, personas, situaciones…que salen en esta fase de la Respiración Ovárica.
Es curioso porque a veces, sin quererlo tú te haces un esquema mental de lo que vas a soltar. Se que aquí escrito no queda bien pero…la pequeña mente siempre quiere controlarlo todo.
Por ejemplo, a veces estoy en situaciones en las que no puedo respirar de esta manera y pienso dentro de mí “esto lo voy a soltar ya en cuanto me ponga respirar”.
Pero luego, en cuanto empiezas a entrar en la respiración, tus esquemas mentales se van abajo. Porque entonces es cuando amanece La Vieja que llevo dentro, y ella sí que sabe que es lo que debe morir dentro de mí para dar paso a la Vida. En ese punto mi pequeña mente se calla y por un ratito se queda en un rincón.
No le queda otra. Lo pequeño da paso a lo Grande. Y menos mal que es así…
Aprendiendo a Vivir y a Morir,
Myriam